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Protección en materia de Propiedad Intelectual y los términos y condiciones en los contratos en dicha materia.
Los contratos de protección de la propiedad intelectual constituyen una herramienta esencial para garantizar los derechos del creador de una obra, marca o patente, prevenir usos no autorizados y controlar la explotación de las mismas.
En el ámbito empresarial, este tipo de contratos son de vital importancia para resguardar los activos de las organizaciones y evitar problemas vinculados a la competencia desleal. Por ejemplo, una compañía que desarrolla una nueva tecnología o producto puede ver sus derechos vulnerados si no registra su autoría, generando con ello pérdidas financieras y conflictos judiciales.
Los contratos de protección de la propiedad intelectual son acuerdos legales entre dos o más personas, utilizados para establecer los derechos y responsabilidades relacionados con la creación, uso, transferencia, venta y distribución de propiedad intelectual, tales como obras literarias, programas informáticos o imágenes.
Estos son alguno de los elementos que pueden contener los contratos de protección de la propiedad intelectual:
Los productos falsificados se pueden dividir en dos categorías: engañosos y no engañosos. Un producto falsificado no engañoso se puede identificar fácilmente por su precio, su calidad y el lugar donde se vende. Por ejemplo, los consumidores ya saben cuándo compran productos a ciertos vendedores en línea que ofrecen marcas de lujo a precios muy por debajo de su precio de venta al público.
Los productos falsificados no se limitan a marcas de diseño, electrónica y moda de alta gama. Algunos de los productos falsificados más comunes en el mercado incluyen medicamentos, suplementos, cosméticos y productos para el cuidado de la piel. Estos últimos, son promocionados activamente por los influencers.
La fabricación y la venta de productos falsificados pueden afectar a una empresa de muchas formas, que comprenden desde una pérdida inicial de ventas hasta daños en las relaciones con sus socios comerciales. Los falsificadores también obligan a las empresas legítimas a enfrentarse a las consecuencias de las falsificaciones, lo que requiere inversiones cuantiosas tanto en tiempo como en dinero.